viernes, 29 de marzo de 2013

VIERNES SANTO AL LEVANTARLE EN LA CRUZ LOPE DE VEGA




Vuestro esposo está en la cama
alma, siendo vos la enferma,
pasemos a visitarle
que dulcemente se queja.

En la cruz está Jesús,
a donde morir espera
el postrer sueño por vos;
bien será que estéis despierta.

Llegad y miradle echado,
enjugadle la cabeza
que el rocío de la noche
le ha dado sangre por perlas.

Mas cómo podrá dormir
que ya la mano siniestra
le clavó un fiero verdugo
nervios y ternillas suenan.

Poned, alma , el corazón
si llegar a Cristo os dejan
entre la cruz y la mano,
porque os le claven con ella.

Mas ¡ ay , Dios! Que ya le tiran
de la mano que no llega
al barreno que a la Cruz
hicieron las suyas fieras.

Con una soga doblada
atan la mano siniestra
del que a desatar venia
tantos esclavos por ella.

De sus delicados brazos
tiran juntos con tal fuerza,
que todas las coyunturas
le desencajan y quiebran.

Alma, lleguemos ahora
en coyuntura tan buena,
que no la hallareis mejor
aunque está Cristo sin ella.

Clavan la siniestra mano
haciendo tal resistencia
el hierro alcanza el martillo,
que parece que le pesa.

Los divinos pies traspasan,
y cuando el verdugo yerra
de dar en el hierro el golpe,
en la carne santa acierta.

Por los pies y por las manos
de Jesús los clavos entran,
pero a la Virgen María
el corazón le atraviesan.

No dan golpes los martillos
que en las entrañas no sea
de quien fue la carne y sangre
que vierten y que atormentan.

A Cristo en la Cruz enclavan
con puntas de hierro fieras,
y a María crucifican
el alma clavos de pena.

Al levantar con mil gritos
la soberana bandera,
con el Cordero por armas
imagen de su inocencia.

Cayó la viga en el hoyo
y al punto que tocó en tierra,
desgajándose las manos
dio en el pecho la cabeza.

Salió de golpe la sangre
dando color a las piedras,
que pues no la tiene el hombre
bien es que tengan vergüenza.

Abriéndose muchas llagas
que del aire estaban secas,
y el inocente Jesús
del dolor los ojos cierra.

Pusieron a los dos lados
dos ladrones por afrenta,
que a tanto llegó su envidia
que quieren que lo parezca.

Poned los ojos en Cristo.
almas, el tiempo que os queda,
y con la Virgen María
estad a su muerte atentas.

Decidle: "Dulce Jesús,
vuestra Cruz mi gloria sea
ánimo a morir, Señor,
para darnos vida eterna."

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