Descubrí que, aun con lo difícil que era vivir sin miembros, mi vida tenía un valor que debía compartir. No me hacía falta nada para marcar una diferencia en el mundo. Dar valor e inspirar a otros se convertiría en mi alegría: aun cuando no pudiera cambiar este planeta tanto como lo deseaba, tenía la certeza de que mi vida no sería un desperdicio. Estaba y estoy decidido a realizar una contribución. Tú debes creer en tu poder para lograr lo mismo.
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