EL ENCUENTRO CON EL OTRO
Una de las cosas que me permiten mantener mi fortaleza cuando escucho sobre tremendas calamidades ( terremotos como el de Haití, Chile, México, China) es el hecho de que, invariablemente producen una cantidad increíble de cariño de parte de otros seres humanos
Si tu sufrimiento se convierte en una carga trata de acercarte a alguien y de aligerar su carga, trata de darle esperanza. Anímalo y bríndale consuelo, hazle saber que no está solo. Ofrece compasión cuando tú la necesites, ofrece amistad cuando te sientas solo. Regala esperanza cuando a ti más falta te haga.
En esos momentos en que prevalece la desesperanza, cuando no hay respuestas para nuestras oraciones y se materializan nuestras peores pesadillas, le única salvación yace en la relación que tenemos con la gente que nos rodea. En mi caso y en el de mis compañeros cristianos, la salvación yace en la relación que tenemos con Dios y en la confianza que depositamos en su amor y sabiduría.
Si en algún momento te sientes abrumado por los momentos difíciles, no tienes que afrontarlos solo. La gente que te ama no sentirá que eres una carga, y eso es por el simple hecho de que desea ayudarte.
Una de las cosas que me permiten mantener mi fortaleza cuando escucho sobre tremendas calamidades ( terremotos como el de Haití, Chile, México, China) es el hecho de que, invariablemente producen una cantidad increíble de cariño de parte de otros seres humanos
Si tu sufrimiento se convierte en una carga trata de acercarte a alguien y de aligerar su carga, trata de darle esperanza. Anímalo y bríndale consuelo, hazle saber que no está solo. Ofrece compasión cuando tú la necesites, ofrece amistad cuando te sientas solo. Regala esperanza cuando a ti más falta te haga.
En esos momentos en que prevalece la desesperanza, cuando no hay respuestas para nuestras oraciones y se materializan nuestras peores pesadillas, le única salvación yace en la relación que tenemos con la gente que nos rodea. En mi caso y en el de mis compañeros cristianos, la salvación yace en la relación que tenemos con Dios y en la confianza que depositamos en su amor y sabiduría.
Si en algún momento te sientes abrumado por los momentos difíciles, no tienes que afrontarlos solo. La gente que te ama no sentirá que eres una carga, y eso es por el simple hecho de que desea ayudarte.
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